Con una privilegiada ubicación en Robliza de Cojos (Salamanca), en pleno Campo Charro, logramos una curación lenta y natural, gracias a los inviernos fríos y secos, y los veranos suaves y cortos.

Seguimos un proceso artesanal en nuestros secaderos naturales para conseguir jamones y embutidos ibéricos para los paladares más exigentes.

Nuestros jamones poseen aromas profundos,

una infiltración equilibrada y un color

intenso, granate con reflejos ocres.

Receta de familia que, de generación en generación hemos mantenido para obtener piezas de gran calidad y sabor único.